"El Tatiana"
El desafío fue formarlo de diez maderas idénticas,
solo distintas en color,
Ícaro pensó que alguna vez tal barco navegaría y lo parió de su
mente,
Dédalo piensa en no quemar sus manos con el pegamento
caliente.
Tatiana toca Bach No 6 in E minor, BWV 830
Ícaro imagina.
Dédalo reemplaza las manos poco ágiles de sus seis años.
Une dos maderas que formarán cada lado de la nave,
la base, que nunca tocará el mar, tiene otras tres unidas
por cordones hechos de luz,
los tres mástiles de la cubierta fueron fijados a pesar de
las dudas de Ícaro,
-se caerán- gritaba el pequeño alado azul,
y luego vinieron las risas y la alegría, casi emergidas de una tripulación de cubierta, y luego las ganas de hundirlo en una tina a las nueve de la
noche.
Sueña Ícaro.
Tal vez tu barco de diez maderas no navegará,
Tal vez nunca recuerdes que lo bautizamos “El Tatiana”
Mientras imitabas el gesto en abanico de sus dedos cortos
resbalando sobre el piano.
Sueña Ícaro, Dédalo no duerme, buscará esta noche una forma de evitar que el Sol emerja y que a tus frágiles alas derrita.
Juan del Camino
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